Revista Difusiones, ISSN 2314-1662, Núm. 28, 2(1) enero-julio 2025
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Fecha de recepción: 29-01-2025. Fecha de aceptación: 28-04-2025
ENTREVISTA A YOUNG GI JEON LEE. EL TAEKWONDO COMO ARTE MARCIAL EN LAS CAPACIDADES HUMANAS
INTERVIEW WITH YOUNG GI JEON LEE. TAEKWONDO AS A MARTIAL ART IN HUMAN CAPABILITIES
Jesús Miguel Delgado Del Aguila[1] tarmangani2088@outlook.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2633-8101
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú
Resumen
En esta entrevista, el instructor Young Gi Jeon Lee relata sobre su formación en taekwondo en Corea del Sur y otros países donde se perfeccionó. Asimismo, brindará algunos consejos tácticos para el desarrollo óptimo de este deporte. La filosofía oriental de este maestro se enfoca en la percepción que se tiene del taekwondo en la vida cotidiana, en contraste con las representaciones de la cultura mediática, el cine y la televisión, donde con frecuencia se idealiza esta práctica como un medio para adquirir habilidades combativas y ser invencible frente a cualquier oponente. El profesor planteará la deconstrucción de estos argumentos y la incorporación de premisas fundamentales, recomendaciones que sólo se han logrado gracias a su vasta trayectoria en este arte marcial y la experiencia adquirida durante su gestión anterior como presidente de la Federación Deportiva Peruana de Taekwondo.
Palabras claves
Artes marciales, Corea del Sur, cultura oriental, Perú, taekwondo.
Abstract
In this interview, instructor Young Gi Jeon Lee recounts his training in Taekwondo in South Korea and other countries where he refined his skills. Likewise, he will provide tactical advice for the optimal development of this sport. The Eastern philosophy of this master focuses on the perception of Taekwondo in everyday life, in contrast to the representations found in media culture, cinema, and television, where this practice is often idealized as a means to acquire combat skills and become invincible against any opponent. The instructor will propose the deconstruction of these arguments and the incorporation of fundamental premises—recommendations made possible solely by his extensive experience in this martial art and the expertise gained during his previous tenure as president.
Keywords
Martial arts, oriental culture, Peru, South Korea, taekwondo.
Introducción biográfica de Young Gi Jeon Lee
Young Gi Jeon Lee (전영기) nació el 29 de marzo de 1966 en la ciudad de Seongnam (Corea del Sur). Realizó estudios superiores en la Universidad Yong In del mismo país. Ha practicado taekwondo hasta alcanzar el 8° dan por la Federación Mundial de Taekwondo (WTF). Fue presidente de la Federación Deportiva Peruana de Taekwondo, cargo que le permitió realizar actividades en las distintas regiones del país, como evaluar los exámenes de los practicantes, organizar los campeonatos de las distintas modalidades de taekwondo, dictar cursos y talleres, entre otras. Asimismo, tuvo la oportunidad de ser instructor de la Universidad de Lima.
Figura 1. Young Gi Jeon Lee (전영기), 8° dan e instructor de taekwondo
Fuente: Fotografía tomada durante la entrevista.
- ¿Cómo fue su formación familiar, educativa y deportiva en Corea del Sur?
- Cuando yo tenía 3 años, crecí junto con mi mamá y mi hermana, ya que mi papá había fallecido. En esa época, no había muchas academias. Sin embargo, era importante para todo hombre de Corea tener fuerza y aprender a defenderse a sí mismo. Entonces, mi mamá me inscribió en una academia de taekwondo. Eso también me servía porque, cuando ya fuera más grande, debía llevar obligatoriamente esta arte marcial en el servicio militar.
En esa época, no había muchos campeonatos. Era más la práctica del taekwondo como arte marcial. Mi mamá siempre quería que nosotros aprendiéramos defensa personal, en caso de que alguna persona nos pudiera fastidiar o agredir. Ese fue el motivo principal: la defensa, y también la disciplina. Para eso, está el taekwondo: para la defensa.
Después, yo seguí practicando taekwondo en la academia. Me gustó. Todos los días, apenas terminaba el colegio, me iba a mi academia a practicar. Me quedaba casi todo el día. Ahí practiqué. Y me gustó.
Más adelante, empecé a querer enseñar taekwondo, pero lo quería hacer fuera de mi país. Siempre quise eso, así que continué practicando y logré estudiar cuatro años en la Universidad Yong In en la Facultad de Taekwondo.
La primera vez que fui maestro fue en Estados Unidos. Me gustó esa experiencia de enseñar a otras familias fuera de mi país. Desde ahí comenzó.
- ¿Qué conocimientos nuevos adquirió del deporte al ser presidente de la Federación Deportiva Peruana de Taekwondo?
- En el tiempo que fui presidente de la Federación Deportiva Peruana de Taekwondo, tenía más responsabilidad. Con ese cargo, aprendí la responsabilidad. En esa etapa, yo siempre estuve preocupado en cómo mejorar el taekwondo del Perú en el nivel deportivo y en el nivel de profesores. En cuanto a los profesores, me di cuenta de que ellos no tenían nivel, y era muy difícil de mejorarlo.
Obviamente, mientras más tiempo pasaba, descubría que algunos chicos tenían talentos para el taekwondo, a diferencia de otros que no los tenían, pero les gustaba practicarlo. Entonces, si estos chicos continuaban practicando, podían mejorar.
Esa fue siempre mi preocupación. Y, con el tiempo, fui aprendiendo. Aprendí a ser más responsable con mi cargo para mejorar el nivel del taekwondo del Perú como arte marcial y para mejorar el nivel de los profesores. Eso fue lo que aprendí con ese cargo.
- Existe una filosofía oriental basada en el yin yang, que consiste en que todo acto genera algo positivo y algo negativo. Considerando esa lógica, ¿qué ventajas y desventajas produciría la práctica del taekwondo?
- El yin yang significa lo positivo y lo negativo, pero no en el sentido malo. La naturaleza tiene algo positivo y algo negativo; por ejemplo, esa diferencia se ve en el ser humano: un hombre o una mujer. En la naturaleza, se ve el Sol en el día; y la Luna, en la noche. Siempre veremos estos funcionamientos en la naturaleza. Algo no puede ser solo negativo o solo positivo. Eso también sucede con el cuerpo humano. En él, hay algo negativo y algo positivo. Un hombre tiene tanto hormonas masculinas como femeninas. Estas se mezclan. No puede tener solamente hormonas masculinas, aunque las tenga más que las femeninas.
Entonces, para el coreano o el oriental, el yin yang es una filosofía de vida que es propia de la naturaleza. La naturaleza es como el yin yang. Por ejemplo, en el caso de las estaciones, primero se presenta el invierno; después, la primavera, el verano y el otoño; luego, otra vez el invierno, y así. Es decir, hay una dinámica circular. ¿Cómo se ve allí el yin yang (lo positivo y lo negativo)? Lo positivo es el invierno, que sería el punto más alto. Pero ahí abajo tiene una combinación de 90 % de negativo y 10 % de positivo. En cambio, primavera es mitad negativo y mitad positivo. Verano es 10 % negativo y 90 % positivo. Para otoño, es igual: mitad positivo y mitad negativo. Así sigue circulando. Por eso, una estación siempre llega; después, baja, sube y baja. Esa circulación es el yin yang.
En nuestras vidas, también es igual. Cuando uno nace y es pequeño, es positivo. Después, cada vez la persona va creciendo un poco más, y llega a joven. Allí está como positivo alto. Luego, cada vez más, se va haciendo viejo, y se hace negativo. Con ello, aprendemos que no siempre alguien estará en una máxima potencia. Su fuerza subirá y bajará. Se trata de circulaciones. Eso es el yin yang.
Esa filosofía se enseña en el taekwondo, ya que no siempre se ganará. También se puede perder. Eso ocurre también con la fuerza. Esa es la filosofía que se debe aprender. En nuestras vidas, no todo siempre es felicidad. A veces, uno puede pasar por momentos de tristeza. Habrá circulaciones. Es allí que uno aprende a manejar esas situaciones. Y lo hará con humildad o modestia, que también aprenderá. En la vida, no todo siempre va a ser fuerza: uno aprende paciencia, perseverancia, autocontrol y a ser invencible en la práctica. Por ejemplo, uno en la práctica de taekwondo usa su fuerza al máximo; después, uno tiene que calmarse. Toda esa dinámica sería el yin yang.
- El taekwondo como disciplina y arte marcial ayuda a que sus practicantes tengan mucha seguridad en sí mismos. Sin embargo, a veces esa confianza termina siendo excesiva y descontrolada. Por ejemplo, en el 2004 murió uno de los presidentes de la Federación Deportiva Peruana de Taekwondo, llamado Ki Hung Lee. Este atentado ocurrió al haberse resistido a un asalto a mano armada. Frente a ello, ¿considera que la confianza que brinda el taekwondo podría convertirse en un exceso y un peligro si no es bien manejada? ¿De qué dependerá tener un justo criterio?
- El maestro Lee no podía pelear. No hizo nada. Los ladrones planificaron ese asalto, y el maestro no pudo defenderse. Inmediatamente, dispararon y no le dieron oportunidad para más. Así fue como falleció el maestro Lee.
Eso te digo para recordar que el taekwondo se usa para defensa. Las artes marciales se practican para defensa personal. Sin embargo, muchas veces un practicante joven y principiante de artes marciales quiere probar cómo está su fuerza y golpear al abusivo. Por eso, nosotros enseñamos que el taekwondo no es solo para que uno pelee y gane. Lo enseñamos para que respeten a sus padres, para que tengan más perseverancia, credibilidad y autocontrol y para que sean invencibles. Con una buena educación y disciplina, se puede calmar esos impulsos. Por eso, el mismo taekwondista practica kyorugui (pelea) y hosinsul (defensa personal) dentro de clases, y luego este se calma. Cuando ya pasa más tiempo de entrenamiento, se va notando el cambio de la fuerza de este practicante. Antes, cuando era principiante, no sabía patear, ni golpear puño ni tenía la suficiente fuerza. En cambio, luego de dos o tres años, después de tanto repetir las técnicas, uno puede ver cómo golpea y piensa el practicante. Desde allí, él mismo sabe que su fuerza es diferente de la de otra persona y puede aceptar calmarse.
Es importante cómo el maestro enseña la defensa, y con paciencia. Primero, la defensa es sin pelear. Mejor es que yo pierda: “Ya, está bien. Perdí la pelea, y disculpe”. Solo atacará con su técnica al final, cuando tenga que defender su cuerpo. Por eso, es importante que los maestros y los profesores sepan cómo enseñar la filosofía del taekwondo a sus alumnos, así se cambiará su carácter.
Por ejemplo, ahora es triste cómo los profesores enseñan el taekwondo como un deporte para pelear en campeonatos (kyorugui). El mismo profesor les dice a sus alumnos: “Pégale” o “mátalo”. Ellos solamente quieren ganar en la competencia. A la vez, quieren que se haga cumplir el reglamento de competencia como sea para ganar, sin importar que engañen y esas cosas. Entonces, ese es el problema.
En las artes marciales, primero se enseña el respeto a los padres. Es lo más grande que se enseña dentro de su filosofía. Un ser humano que no sabe agradecer a sus padres no es un humano. Hasta un animal cuida a sus padres. Los respeta. Si no saben eso, no valen. Entonces, primero eso es lo que se enseña.
Segundo, una de las filosofías de taekwondo es amar tu patria. Por ejemplo, hubo un tiempo en el que Corea perdió, y nosotros no podíamos usar el nombre del país, ni su cultura, ni palabras coreanas, etc. Eso es triste. Entonces, uno necesita cuidar y amar su patria. Tercero, es importante la credibilidad. Nosotros necesitamos enseñar confianza. Yo debo dar credibilidad a otra persona, así como cumplir mi palabra. Todo eso será para un bien a mí mismo.
La perseverancia y el autocontrol también son necesarios. El autocontrol es la más importante en la filosofía del taekwondo. Y se aprenderá con paciencia. Si alguien me fastidia directamente, me molesto y quiero pegar, pelear y probar mi técnica, pero ahí es donde uno necesita “agacharse” más, y decir: “Está bien, disculpe. Yo me equivoqué”.
Finalmente, uno deber ser invencible. Y allí mucha gente se confunde. Piensan que esta palabra se usa para referirse a una persona que siempre gana y que siempre es campeona. Sin embargo, cuando uno realmente dice “ser invencible”, se refiere a que uno gana peleando consigo mismo: para ganarse a sí mismo. Yo gano a mi mente, a mi idea o a mi flojera. Así, yo terminaré confiando más en mí mismo e iré mejorando. Eso es ser invencible. Cuando se habla de pelea, eso ya será lo último que haga. Anteriormente, yo explicaba que la defensa no es el enfrentamiento cuerpo a cuerpo para ganar. Primero, la defensa es ganar sin pelear. Esa idea se necesita enseñar. En caso extremo de que uno no pueda soportar más una situación sin usar la fuerza, ahí sí necesitará aplicar su técnica.
- Muchos de los alumnos de taekwondo confiesan haberse iniciado en la práctica de esta arte marcial por querer parecerse a sus héroes cinematográficos, tales como Bruce Lee, Jackie Chan, Chuck Norris, Jean-Claude Van Damme o Jet Li. Otros siguen modelos de dibujos animados o videojuegos, tales como Dragon Ball o Street Fighter. Asimismo, existen distintos referentes que hacen que se interese por las artes marciales. Sin embargo, estos modelos que pretenden imitar son de luchadores que resuelven sus adversidades mediante la pelea. Frente a ello, ¿usted cree que es un problema que muchos jóvenes tengan como interés principal la práctica de taekwondo para saber pelear y no para buscar una formación marcial y una disciplina? ¿Cómo debería el instructor de taekwondo reorientar o concientizar ese propósito del joven estudiante?
- Mayormente, una persona que quiere practicar taekwondo es porque ha visto una película fantástica, en la que una persona peleaba contra diez o veinte más. Ellos quieren pelear así. Y fue por eso que entró a esa arte marcial. Sin embargo, el taekwondo les enseñará poco a poco de que eso no es así. Ellos irán comprendiendo.
En las artes marciales, hay distintas formas y distintas técnicas. Eso es lo bonito de cada arte marcial. Y cada practicante quiere mejorar su técnica. Eso lo van logrando en su formación. Y también mejoran su potencia. Eso es bueno y es producto de que se ha hecho una buena propaganda de las artes marciales. Pero ellos aprenden pronto que no era igual que en la película.
Es muy importante que los maestros y los profesores de taekwondo eduquen y enseñen disciplina. Siempre deben explicar que se enseña para defensa personal y no para pelear. No se trata de que uno va a ir a buscar pelea. Si uno tiene fuerza, aprenderá a cómo ayudar a otra persona. Eso continuamente debe ser explicado y enseñado por los maestros.
Estos ejemplos se ven en las academias durante la práctica de las peleas. A veces, cuando uno es cinturón negro se controla naturalmente cuando su oponente es un cinturón blanco. Si uno es cinturón negro, no va a golpear a su compañero cinturón blanco con la máxima fuerza. Ahora, si el cinturón blanco quiere probar su nivel, ya irá recibiendo golpes cada vez más fuertes. Pero igual hay mucho control. Así, mientras los chicos van ascendiendo en grado con sus cinturones, aprenden automáticamente la paciencia. Y saben cuidar a sus compañeros. Aparte, nosotros como maestros siempre explicamos y repetimos las enseñanzas durante mucho tiempo. Eso hace que el aprendizaje se quede en el fondo de sus mentes. Entonces, ahí uno aprende a cuidar a la gente y a controlarse.
La mayoría de las personas que quiere entrar a practicar las artes marciales es también porque quiere pelear igual a alguien de una película. Por eso, cualquiera piensa que se trata de pelear y ganar. Ahorita, ese ejemplo se está viendo en el MMA (Mixed Martial Arts) y el UFC (Ultimate Fighting Championship). Allí van probando qué arte marcial es la más fuerte. Ellos solo entran para pelear. Entonces, hacer eso es como economía para ganar gente y dinero. Pero, en un arte marcial, la práctica no es para probar fuerza para afuera, sino para fortalecer mi mente, mi educación, mi salud y —otra vez— para aprender a amar y cuidar a otra persona. Con mi fuerza, yo puedo ayudar a otra persona. Esa es la tarea de los maestros, la cual se debe ver antes, durante y después de las clases. No puede haber un cinturón avanzado abusivo peleando con un cinturón novel, ni tampoco un grandazo enfrentándose a un pequeño. Entonces, ahí se necesita enseñar. Un maestro les enseña y les repite, y así es como se van cambiando sus mentalidades. El arte marcial no solo será para pelear.
En mi academia, antes y después de clases, mi maestro nos mandaba a hacer juramento. Además, aprendí que un hombre debe tener fidelidad, respeto a sus padres, cortesía, responsabilidad, perseverancia, autocontrol, amar su patria y ser invencible. Esas instrucciones se deben repetir siempre antes y después de clases. Y quedará en el fondo de sus mentes. Yo en mi academia enseño esa filosofía del taekwondo.
Con cada práctica y conforme transcurre el tiempo, los practicantes van guardando ese aprendizaje en el fondo de sus mentes. Lo hacen automáticamente. Se les queda el controlar su fuerza, la perseverancia y el respetar a la gente. Si yo tengo fuerza, necesito cuidar a otras personas. No se trata de probar mi fuerza. Eso es para abusivos. Allí se aprende. Por eso, el boxeo, el full contact o el kickboxing tienen estos problemas, porque no enseñan estas cosas. Más se enfocan en pelear, usar la técnica y golpear más fuerte.
En muchos países, el taekwondo es obligatorio. En varios colegios nacionales de Estados Unidos, ocurre eso también. Esto es porque se cambian las formas. Sin embargo, eso solo se logrará con los profesores y los maestros en las tareas que proporcionen. Al repetir una enseñanza todo el día, origino la mejora de sus vidas. Ellos se educarán y respetarán a sus padres. Primero, se aprende a respetar a sus padres. Si ellos ya saben eso, sabrán cómo respetar a otras personas. Por eso, son importantes sus maestros. No solo se les debe enseñar a pelear y ganar, sino también a cómo ganar sus propias peleas internas. Si tienen fuerza, también se debe saber cómo calmarla o controlarla. Esa es la tarea de los profesores: cómo enseñar.
En general, mi mensaje es que con el taekwondo se aprende disciplina. Uno aprenderá a respetar a sus padres, amar su patria y cuidar a tus amigos u otra persona débil. Si nosotros tenemos fuerza, debemos ayudar a otras personas. Eso es importante para quienes practican taekwondo. No solo se trata de mejorar una técnica, sino de mejorar nuestra personalidad.
[1] Magíster y candidato a doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta con el conocimiento básico del inglés, certificado por la UNMSM. Ha ejercido la docencia en institutos y universidades nacionales. También se ha desempeñado como corrector de textos y jefe editor. Ha sido dos veces becario. Actualmente, cuenta con la calificación de investigador Concytec (Perú), nivel V; anteriormente, la de investigador Conacyt (El Salvador). Su línea de investigación es la narrativa, la teoría literaria, la creación literaria, el cine y los ensayos. Ha publicado reseñas, artículos, entrevistas, notas y cuentos en revistas indexadas nacionales e internacionales; entre las cuales, muchas de ellas están indexadas en Web Of Science, SciELO y Scopus. De igual modo, tiene una participación constante en congresos nacionales e internacionales y asistencia a eventos académicos. Entre otros desempeños, es cinturón negro de taekwondo, 2° DAN de la WTF, por la UNMSM, registrado con el código internacional 05940056, campeón nacional y universitario con múltiples participaciones en campeonatos en Perú, así como también cuenta con la experiencia de enseñanza dirigida a niños y adolescentes.