ENTREVISTA A MARÍA CRISTINA MATA

Por Marcelo Brunet y Franco Aguirre


“Cuando dejé de escindir mi pensamiento,
es cuando pude realizar mejores aportes”.


Si se remite al campo comunicacional y a sus referentes, es indudable que uno de los nombres que van a surgir es el de María Cristina Mata, Marita para los más cercanos y no tanto. Docente e investigadora, realizó varios aportes al ámbito de la comunicación en diversos soportes, pero su salto cualitativo fue en el campo de la comunicación radiofónica. Desencriptando a lo largo de su labor el término de popular, alternativo, comunitario o educativo; la comunicación recibió de sus reflexiones, un aporte que tiene vigencia hoy. Si bien desde un principio estuvo relacionada con la filosofía, se fue acercando a la comunicación.

Recuerda su exilio en el exterior, lo cual le posibilitó el desarrollo de algunas de sus investigaciones. Sostiene que con el pre proyecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la comunicación es concebida como un derecho humano y un servicio. Invitada a conocer el estudio de grabación de la UCSE-DASS, Marita, de cabellera corta y entrecana (otrora rojiza), acomoda su cuerpo y su voz entre el rojo mobiliario para escuchar las primeras preguntas que la impulsan a la charla.


-¿Cómo viene la relación con la comunicación, sabiendo que académicamente proviene de Letras?

-Cuando en Córdoba se crea en 1972 la escuela de Ciencias de la Información de la Universidad, la persona que la crea, el profesor Montenegro había sido Decano de la Facultad de Filosofía y cuando él tiene que pensar en la planta docente, recurre a algunos profesores de Buenos Aires, viejos periodistas. Me acuerdo que un viejo periodista de La Nación daba Introducción a los Medios de Comunicación, el Dr. Escardo.
Pero eran cientos de alumnos, la primera matrícula que tuvo aquella escuela fue de 500 personas. Entonces no se podían tener cátedras unipersonales. Así es como Montenegro armó las cátedras con esas cabezas que venían de vez en cuando de Bs.As., y abajo gente de Córdoba que el suponía que algo podían aportar a la escuela de Ciencias de la Información. Entonces buscó dentro de la Facultad de Filosofía a al gente que habiéndonos graduado en diferentes carreras de alguna manera nos habíamos acercado a la problemática de la comunicación. Yo era una de esas porque en mis dos últimos seminarios de grado escogí dos temas que tenían que ver con la comunicación masiva, esto de alguna manera fue el nexo que hubo. A partir de ahí en el año 1972 entré a la Escuela de Ciencias de la Información como jefe de trabajos prácticos.


-El salto de la preocupación de medios gráficos hacia la radio ¿cuándo se da?

-Se da cuando salgo de la Argentina, cuando debo exiliarme con mi marido en la dictadura de los `70, nosotros nos vamos a Perú porque teníamos gente amiga y logramos entrar a trabajar en la Universidad de Lima y en la Universidad Católica. Mis primeras investigaciones sobre comunicación popular las hice en la Universidad Católica en el Centro de Investigación del CETUC (Centro de Teleduación de la Universidad Católica de Lima). Ahí ya tenían prácticas radiofónicas y me fui entusiasmando por esta otra práctica que nunca había trabajado. Pero luego conseguimos trabajo en una organización ecuménica en la Organización Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana (CELADEC). Trabajando en ese centro entré en contacto con varias experiencias radiofónicas: la Coordinadora de Radio Popular de Perú; y en República Dominicana una radio llamada Radio Erniquillo. A partir de ahí la gente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) supo de mis trabajos y en el año 1980 me invitó para que sea Coordinadora de investigación de ALER.


-Trasladando la preocupación de aquellos años de la radio a la actualidad ¿sigue habiendo en vos una preocupación por cierta centralidad de los medios?

-Yo creo que lo que posibilitó en mí que pudiera articular mi trabajo académico con el trabajo en el ámbito comunicativo fue no escindir mi pensamiento. Después de que me di cuenta que estaba escindiéndolo, tenía una manera de mirar la comunicación popular y otra manera para mirar la comunicación masiva. Cuando me di cuenta de que no se trataba de dos mundos distintos, sino de un solo mundo y una sola cultura atravesada por fuertes contradicciones fue cuando pude hacer mejores aportes.


-Cuando se miran las otras experiencias ¿estaría bien hablar de alternatividad?

-Yo creo que la cuestión de las denominaciones es una cuestión de negociaciones. Cuesta hoy al estar tan controvertida la noción de popular. En América latina se mantiene la definición de radios populares de ALER. Porque algunos sabemos que las radios populares son aquellas que están con las grandes mayorías oprimidas, explotadas. Pero en Argentina se usa más el término comunitario y en rigor de la verdad las radios comunitarias como surgieron en Europa o Canadá hacen alusión a radios de corto alcance, casi barriales. Sin embargo acá hay una radio como Radio Encuentro de Viedma que dice ser radio comunitaria y hace un excelente trabajo, pero es oída en toda la ciudad. Quiero decir que lo interesante es ver en todas esas prácticas cuales son los objetivos que reproponen y como desarrollan la comunicación, con que niveles de participación, que nivel de decisión estratégica de que el pequeño problema local llegue a todo el mundo. Quiero decir que lo que se debe evaluar en todas esas experiencias para decir si son medios que quieren transformar un orden de cosas existentes, es analizar las prácticas y no ver el rótulo que tienen.


-¿Cuál es tu postura con respecto al pre proyecto de medios audiovisuales?

-En términos generales yo creo que el pre proyecto es muy bueno, ojala saliera tal como está. Yo creo que lo fundamental es que reconoce la comunicación como un derecho humano y como un servicio; y concebir la comunicación de esa forma altera la lógica, la comunicación ya no es un negocio. Creo que algo importante es como cambia la noción de quien tiene que ser la autoridad de aplicación de la norma. Mientras que ahora es el COMFER el delegado del gobierno, ahora vamos a tener una autoridad de aplicación donde va a tener mayoría de personas que son nombradas por el poder ejecutivo.

Estamos en presencia de un pre proyecto de ley que intenta institucionalizar la comunicación audiovisual sobre las bases de la pluralidad y participación.


-¿Cuáles son tus consumos de medios?

-Escucho Radio Nacional, empezó a cambiar hace un tiempo y a mí me enorgullece decir que es el medio público. Es plural, es abierto, es inteligente, pero es una radio de calidad informativa y musical. En la tele trato de ver Canal 7 y Canal Encuentro, creo que hoy son la mejor alternativa. Cualquiera pensaría que soy kirchnerista, pero no. Soy una persona que valora los esfuerzos de construir una televisión pública de calidad y con inteligencia, algo que no había pasado nunca en este país.

También consumo La Nación y Página 12, además el diario local y cuando puedo veo alguna novela cuando está bien producida.


Marita se aleja sonriente, sabe que esta vez, sus esfuerzos puestos en la Coalición por una Radiodifusión Democrática, van a hacerse realidad. Va hacia el aula VIII, allí la esperan sus estudiantes de la Maestría en Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales (Plangesco), a los cuales les dicta Comunicación: Modelos y Perspectivas para su Análisis, allí, desde la práctica docente seguirá produciendo teoría.