EL NOVIAZGO EN LA UNIVERSIDAD

Autores: por Miriam Micaela Gregorio y Ariel Carlos Corasi

Estudiantes de la carrera de Licenciatura en Psicología. Departamento Académico San Salvador. Universidad Católica de Santiago del Estero


Introducción

El ser humano es un individuo eminentemente social, y a través de sus vínculos con los demás logra la satisfacción de necesidades de naturaleza física, material, emocional y social en el marco de una cultura específica, la que a su vez, se halla afectada por una situación contextual determinada. El noviazgo es uno de estos fenómenos humanos que no es generalizable a todas las culturas, pues en lugares como Medio Oriente existen otros tipos de costumbres alejadas de las nuestras.

El noviazgo es una relación interpersonal, donde existen acuerdos mutuos, la adquisición de responsabilidades compartidas, y reconocimiento del otro como “novio/a” ante los demás. Están construidas alrededor de la creación de lazos afectivos de amor (Valencia et al., 2007 citado por Ayos y Colmenares, 2012). Refiere a la experiencia romántica, de vinculación, compromiso y apoyo, de una pareja, en el marco de un contexto social y cultural. En este caso en particular buscaremos conocer los sentidos que los adolescentes otorgan a sus relaciones amorosas y al conocimiento que es compartido sobre el mismo en determinados contextos sociales (Sánchez et al., 2011). Durante la adolescencia el noviazgo es uno de los principales vínculos que se establecen y donde se tiene la oportunidad de desarrollar la preocupación empática y las competencias sociales (Morales Rodríguez y Díaz Barajas, 2013). La adolescencia como acontecimiento es estructurante de la constitución subjetiva y de la estabilidad del proceso de identificación (Dobón, 2010) y de allí es que la experiencia de noviazgo se constituye como una experiencia de gran importancia en esta etapa.

Para el adolescente, la relación de noviazgo lleva implícita la comunicación, la felicidad y una especie de fecundidad psicológica caracterizada por euforia, entusiasmo hacia la vida y el deseo de juntos madurar; es una forma de vivir el amor (Aguirre, 1994 citado por Morales Rodríguez y Díaz Barajas, 2013). En cuanto a la adolescencia, se trata de un concepto amplio, abordado y conceptualizado por distintas disciplinas de las ciencias sociales. Algunos autores lo consideran como una transición del desarrollo que implica cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales, y que asume diversas formas en diferentes entornos sociales, culturales y económicos (Larson y Wilson, 2004 citado por Papalia et al., 2009). Desde la clasificación cronológica que establece Quiroga, podemos afirmar que los sujetos estudiados se hallan en plena fase de la adolescencia tardía, que según la autora es vivida entre los 18 y los 28 años aproximadamente y se la considerada como la fase resolutiva, donde se definen los más importantes procesos de inserción al mundo laboral-vocacional, con búsqueda de independencia social y económica respecto de los progenitores y deseos de constitución de una pareja estable (Quiroga, 1998).

En función de lo expresado y a través del lenguaje construimos las relaciones con los demás, las formas de relaciones y representaciones que nos rodean, en fin, creamos la cultura. El lenguaje se halla a su vez atravesado por redes de significados, llamadas también redes semánticas, y se constituyen de las concepciones que las personas hacen de cualquier objeto de su entorno. Conocer esta red de significados, por lo tanto, hace factible entender la gama de significados, expresados a través del lenguaje cotidiano que tiene todo objeto social (Figueroa, 1981).

De esta forma, el significado psicológico que se construye, determina la respuesta del sujeto con respecto a un estímulo. Cabe destacar que dicha atribución estaría dada de acuerdo al desarrollo del pensamiento; y, particularmente durante la adolescencia, la existencia de saltos cognitivos, lo que nos obliga a estudiar los cambios que ocurren a lo largo del desarrollo adolescente tanto en la forma de organizar los elementos afectivos como los conceptuales, para la creación de códigos subjetivos. El objetivo de la presente investigación fue el de entender la representación social que los estudiantes cursantes en el DASS-UCSE de la carrera de Licenciatura en Psicología tienen sobre el constructo del noviazgo.

“Para el adolescente, la relación de noviazgo lleva implícita
la comunicación, la felicidad y una especie de fecundidad psicológica
caracterizada por euforia, entusiasmo hacia la vida y el deseo de juntos
madurar; es una forma de vivir el amor”

Metodología

El presente trabajo es un estudio enmarcado en un paradigma interpretativo con un abordaje desde el método cualitativo. Los datos que se analizan proceden de la administración de un cuestionario aplicado a 22 estudiantes que cursan la Cátedra de Psicología del Desarrollo II en la Universidad Católica de Santiago del Estero Departamento Académico San Salvador, ubicado en la ciudad de San Salvador de Jujuy durante el mes de Junio del año 2015.

Se trabajó con la técnica de Redes Semánticas Naturales (Valdez, 1998). En esta técnica, se les solicita a los participantes dos tareas fundamentales: 1) que definan con la mayor precisión posible a la palabra-estímulo mediante un mínimo de cinco palabras sueltas, que pueden ser verbos, sustantivos, adjetivos, adverbios, nombres, pronombres y demás, pero sin utilizar artículos, preposiciones ni ningún tipo de partícula gramatical. La palabraestímulo fue “Noviazgo”. Y 2) una vez definido el estímulo, se les solicita que jerarquicen todas las palabras que dieron como definidoras, asignándole el número 1 a la que considere más cercana o relacionada con la palabra-estímulo, el 2 a la que sigue en importancia, y así sucesivamente hasta terminar. Las definidoras dadas por la población se vaciaron a una base de datos de Microsoft Excel 2010, a través del cual se logró calcular:

  • El Peso Semántico (PS) que consiste en calcular la frecuencia con la que apareció cada palabra definidora en toda la población, multiplicada por su valor en la jerarquía.
  • El Tamaño de la Red (Valor J), indicador de la riqueza semántica de la Red, constituida por todas las palabras que los sujetos aportaron, en este caso equivale a 40.
  • El conjunto SAM o Núcleo de la Red que se constituye de las 10 palabras definidoras con mayor Peso Semántico que conforman en su conjunto el núcleo central de la red.
  • Distancia Semántica Cuantitativa (DSC) que refiere a la distancia que hay entre las definidoras que conforman el núcleo de red. Se obtiene asignando el 100% a la definidora con Peso Semántico más alto; a partir de este valor, utilizando una regla de tres, se generan los valores para las demás definidoras.
  • Resultados

    La Red Semántica de los participantes estuvo compuesta por 40 palabras distintas, que después de ser sometidas al proceso de sinonimia disminuyeron a 34. Al mismo tiempo se realizaron los mismos análisis por sexo, obteniendo que en el grupo masculino se dieran un total de 25 palabras definidoras dentro de la red semántica, disminuyendo a 23 después del proceso de sinonimia. Lo mismo en el grupo Femenino, donde se obtuvieron 25 palabras definidoras y quedando solamente 21 a posterior del análisis sinonímico. La Figura 1 representa el Núcleo de Red de la población general. Es decir, se representan las 10 definidoras con mayor peso semántico, y se puede apreciar la Distancia Semántica Cuantitativa que existe entre una definidora y la siguiente. De acuerdo a las definidoras que se encuentran antes del primer punto de quiebre de la figura, el noviazgo fue definido como AMOR acompañado de COMPAÑERISMO, CONFIANZA y CARIÑO.

    En la Tabla 1 se muestra el valor del peso semántico asignado a cada palabra definidora.

    A su vez se realizaron los mismos análisis por grupos de sexos. Los Grafico 2 y 3 muestran la distribución de las 10 definidoras con mayor peso semántico de cada sexo.



    Para poder comparar las definiciones que cada grupo dio a cerca del Noviazgo, se propone la Tabla 2 donde se expone el resultado del Núcleo de la Red de cada grupo con sus respectivos Pesos Semánticos y el Diferencial Semántico Cuantitativo.


    Discusión

    Entender el significado que los estudiantes atribuyen al noviazgo implica a su vez, de manera implícita, explorar las representaciones sociales que los mismos tienen sobre las relaciones interpersonales dentro de los roles de género que parten de los idearios colectivos y culturales que los influye.

    La población abordada se halla en una edad que oscila entre los 21 y los 30 años de edad, que coincide con la etapa de la adolescencia tardía que expone Susana Quiroga (1998), y que a su vez coincide con la edad en la que Ayos y Colmenares plantean bajo el concepto de lo Juvenil, etapa en la que se da la construcción de la identidad, la preocupación por reconocerse a nivel personal y social, la identidad individual, identificación de género y roles sexuales, reconocimiento de sí mismo en los otros que son significativos, que a su vez determinan las prácticas y comportamientos, que involucran valores y visiones del mundo (Ayos y Colmenares, 2012).

    Entre las palabras definidoras, emergentes del discurso de los actores sociales, las más comunes que se hallan en ambos grupos de sexos son “amor”, “cariño”, “comprensión” y “felicidad” (ver Tabla 2) aunque en distintas jerarquías. En el caso el sexo masculino estas definidoras se hallan juntas ocupando las jerarquías más altas, mientras que en el sexo femenino ocupan las jerarquías 1, 4, 7 y 10 respectivamente.

    Comparando los resultados obtenidos, con un estudio realizado en Bogotá, Colombia, acerca de las representaciones sociales del noviazgo, se encontró que los reportes de investigaciones son coincidentes con los aquí reportados, en donde el noviazgo es concebido como una relación que se toma en “serio”, en la que hay confianza, apoyo, comprensión, sinceridad, fidelidad, afinidad y unión; destacando el amor como el sentimiento más frecuentemente referido (Sánchez et al., 2011).

    A diferencia de esta investigación, en nuestra recolección de datos se destaca además el cariño como una de las formas más importantes de representar el noviazgo (Ver Tabla 1). Con ello podemos decir que al noviazgo, como fenómeno afectivo y social, se le sigue asociando con una vivencia afectiva y emocional en el que intervienen sentimientos tales como la confianza, la felicidad, el cariño, la comprensión, y valores tales como responsabilidad, la sinceridad y el compromiso; a pesar que los cambios sociales y culturales han puesto de manifiesto que el noviazgo se asocia con satisfacciones sexuales y/o económicas.

    Al respecto Nina ha señalado que mediante la relación que emerge del noviazgo, los adolescentes intercambian diversos sentimientos y conductas afectivas como amor, confianza, intimidad, compromiso y seguridad (Nina, 2011).

    El amor, palabra definidora con mayor peso semántico en ambos grupos (según Tabla 2) y por lo tanto con mayor influencia en la representación social de noviazgo de la población abordada, es un conjunto de vivencias, un proceso que puede ser vivido con mayor o menor duración, con mayor o menor intensidad, en el que se interrelacionan y activan emociones, el pensar y el actuar del ser humano e implica manifestaciones que pasan por procesos inconscientes, de deseo, de seducción (Sanz, 2007 citado por Vargas Urías et. al., 2013). A su vez es el constructo esencial en el estudio de la pareja romántica, es el elemento más poderoso de dicha relación; implica un involucramiento incondicional entre dos personas que contribuyen mutuamente a su desarrollo y bienestar (Montagu, 1975; Alberoni, 1997 y Díaz-Loving, 1999, citado en Retana y Sánchez, 2005).

    Este concepto también fue trabajado y conceptualizado por Sternberg, quien propone un modelo triangular conformado por los componentes que él considera esenciales en el amor: la intimidad, la pasión y el compromiso. Partiendo de esta metáfora, solo hallamos una de las palabras que conforman el triángulo: “compromiso” en el grupo masculino. Para Sternberg el componente de compromiso radica en asumir responsabilidades tanto colectivas como para con la pareja (Sternberg, 1965 citado por Garzón Medina y Alvarado Orejarena, 2007).

    Entre los datos obtenidos (ver Tabla 2) se observa que la definidora “diálogo” se encuentra dentro del conjunto SAM del grupo femenino, lo cual nos sugiere que la dimensión comunicacional dentro de la vivencia de noviazgo adquiere una gran importancia para este sexo. Esto coincide con lo que proponen otros autores al mencionar que la forma de comunicarse y lo que se comunican, será diferente entre hombres y mujeres, es así como el género femenino tiende a conversar de temas más emocionales y personales, mientras que el género masculino se centra en lo cotidiano, en la acción, lo cual quiere decir que, el amor y las relaciones de noviazgo, pasan a un segundo plano, a la vez que puntúan que las relaciones de noviazgo son una apertura hacia la comunicación, al descubrimiento y la entrega hacia el otro (Ayos y Colmenares, 2012).

    Otra observación importante a destacar es que la definidora “compañerismo” se halla dentro del grupo femenino y ausente en el masculino (ver Tabla 2). Existen autores que afirman que el noviazgo se caracteriza por la satisfacción de necesidades afectivas y sociales en la experiencia del acompañamiento (Morales Rodríguez y Díaz Barajas, 2013), por lo que podríamos suponer que este aspecto tiene poca importancia para los varones, en tanto a su vez que éstos resaltan el “sexo” como una palabra asociada al noviazgo (según Tabla 2). Al respecto, en un trabajo sobre la evolución del significado psicológico durante la adolescencia del constructo noviazgo se ubican la relación entre sexualidad y noviazgo en la preadolescencia, considerando al respecto que el contacto físico es una de las formas más importante de demostrar cariño y que las relaciones de noviazgo son el marco donde se pueden dar lugar estas conductas (Morales Rodríguez y Díaz Barajas, 2013).

    Conclusiones

    Culminamos este trabajo observando la gran importancia de la vivencia emocional y afectiva más que las vinculadas a las satisfacciones sexuales inmediatas, aunque los resultados hayan arrojado definidoras como sexo o relación sexual pero que tienen menor peso semántico en relación a la mayoría de definidoras que destacan valores y sentimientos vivenciados en la experiencia de noviazgo, tales como amor, cariño, confianza, dialogo, comprensión y compañerismo.

    Se observa, a sí mismo, el uso de terminología técnica en definidoras tales como “construcción social” (1%), “crecimiento personal” (1%), “adolescencia” (4%) y “conflicto” (3%) que son el resultado de la formación académica que estos estudiantes llevan a cabo, puesto que a lo largo de los espacios catedráticos que hacen a la formación profesional en esta disciplina se estudia distintos fenómenos sociales (paternidad, niñez, etc.) los cuales, al igual que el noviazgo, pueden ser considerados como construcciones socio-históricos. En lo que refiere al “crecimiento personal” se puede ver que la experiencia de noviazgo es constitutiva de la identidad y de la personalidad. Cuando se asocia el noviazgo con la adolescencia es una manera de ubicarlo temporalmente dentro del Ciclo Vital del ser humano, y en cuanto al conflicto es poder aprehender al noviazgo como un experiencia que podría ser atravesada por problemáticas psico-sociales.

    Además queremos destacar la estrecha relación que existe entre las representaciones sociales de noviazgo y los estereotipos, ya sean de connotación negativa o positiva, sobre los géneros y las relaciones de la misma, pues justamente ninguna representación social puede hallarse desvinculada o aislada del conjunto de esperables sociales que forman parte del ideario colectivo de los sujetos, tema que podría abrir las puertas a nuevos abordajes investigativos.

    Bibliografía

    Ayos, V. y Colmenares, N (2012). Percepciones sobre el noviazgo que tiene un grupo de jóvenes de último año de bachillerato. Colombia

    Dobón, Juan (2010). La edad del despertar: adolescencia como pasaje y acontecimiento. En Rosing y Fernández de Galindo (Comp.). Clínica con adolescentes transgresores, artificios posibles. Ed. Edunt

    Figueroa, J. (1981) Estudio de redes semánticas naturales y algunos de sus procesos básicos Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. México

    Garzón Medina y Alvarado Orejarena (2007). Estudio comparativo de las expectativas y percepciones sobre las relaciones de noviazgo en los estudiantes de la IAM. Colombia

    Morales Rodríguez. M. y Díaz Barajas, D. (2013). Noviazgo: evolución del significado psicológico durante la adolescencia. México

    Nina, R. (2011). Significado del amor en la adolescencia puertorriqueña. Acta de investigación psicológica,

    Papalia, Olds y Feldman (2009). Psicología del Desarrollo – Edit. Mc Graw Hill

    Retana, B y Sánchez, R. (2005). Construcción y validación de una escala para medir la adicción al amor en adolescentes. Enseñanza e investigación en Psicología

    Quiroga, Susana (1998). Adolescencia: Del Goce Orgánico al Hallazgo del Objeto - Edit. Eudeba

    Sánchez, Gutiérrez, y Otros (2011). Representaciones sociales del noviazgo, en adolescentes escolarizados de estratos bajo, medio y alto, en Bogotá – Colombia

    Vargas Urías y otros (2013) Amores chidos, Guía para docentes: sensibilización, prevención y atención básica de la violencia en el noviazgo con las y los jóvenes – GENDES