Estudiante UCSE-DASS
En el marco de las Primeras Jornadas Nacionales Sobre Niñez llevado a cabo en la ciudad de Salta los días 2 y 3 de septiembre de 2016 bajo el lema “Discursos y saberes sobre las infancias de hoy” en el Hotel Provincial Plaza y organizado por el Colegio Profesional de Psicólogos de Salta y la Federación Psicólogos de la Republica Argentina, se logró realizar una entrevista a la Dra. Gabriela Dueñas en una oficina de entrada del mencionado hotel.
Dueñas es doctora en psicología, doctora en psicopedagogía y Licenciada en Ciencias de la Educación. Es autora de numerosas publicaciones que tratan sobre la medicalización y la patologizacion de las infancias y las adolescencias. Es docente en distintas universidades donde dicta tanto cátedras de grado, como cursos de posgrado. Ejerce la psicopedagogía clínica en instituciones escolares y en el Centro Integral de Neurología de Buenos Aires.
Coordinadora del proyecto Laboratorios Sociales en Argentina (LSA). Miembro del comité editor y referato de la revista Generaciones (Facultad de Psicología - UBA) e integrante del “Fórum Infancias”.
Durante el primer día de las Jornadas Dueñas y Cazenave encabezaron la mesa de discusión titulada “Debates contemporáneos sobre las «llamadas patologías infantiles»”, espacio en el cual Dueñas presentó su conferencia “TDA/H, TGD, TOD, Asperger, Dislexias… Debates contemporáneos”.
El contenido de la entrevista realizada es el siguiente:
- ¿Cuáles son las nuevas formas de sufrimiento que se observan en las infancias actuales?
Yo creo que las principales formas de sufrimiento que observamos tienen que ver con los profundos cambios que impactaron sobre la red social a partir de la implementación de las políticas neoliberales que llegaron a nuestra región ya con las dictaduras militares que fue fragmentando la red social, instalando las lógicas del mercado. Entonces entre la fragmentación social y las lógicas del mercado lo que empieza a emerger es una nueva modalidad de ser adulto: “adulto adolescentizado” que le cuesta mucho hacerse cargo de los niños y adolescentes, que no terminan de funcionar como referentes porque ellos mismos no terminan de salir de su propia adolescencia. Todo esto a su vez atravesado por la revolución que produjo y están produciendo las nuevas tecnologías informáticas de la comunicación y ante las cuales los adultos somos extranjeros con lo cual los nuevos niños que son nativos digitales realmente son extraños para los que eran nuestros referentes culturales a pesar de que ya llevan unos años instalándose los adultos en las nuevas tecnologías.
Seguimos sin entender que estas nuevas generaciones ya desde que nacen empiezan a construir sus formas de ser y estar en el mundo, de pensar, de actuar, de jugar, de ubicarse, de una manera muy diferente a la que se producía en décadas anteriores. Por eso el 2 licenciado Gabriel Brener hablaba ayer de los niños de la imprenta y los niños digitales; no existen ya los niños de la imprenta, esos éramos nosotros los de otras décadas, el problema es que los adultos que están a cargo del sistema educativo, de la salud y las familias no terminamos de entender que estos nuevos niños y jóvenes tienen nuevas lógicas producidas en estos contextos tecnológicos. Y fundamentalmente creo que una de las cosas que tienen que ver con el profundo malestar de los niños es el individualismo del adulto que está centrado en sus propias cuestiones y no en la de los chicos, la profunda inequidad social que realmente le pone un techo a muchos jóvenes a los cuales expulsa el sistema, del circuito educativo y dejan de ser niños para pasar a ser menores con salida a la judicialización para aquellos jóvenes que pertenecen o han tenido la mala suerte de nacer en sectores desprotegidos. Eso es una profunda injusticia social. Por otro lado, los niños y jóvenes que nacen en sectores más acomodados de clase media, etc. tampoco se la ven tan fácil porque como los adultos no terminan de entenderlos, para ellos la salida más habitual está ligada a la problemática a la que yo me vengo dedicando desde hace varios años, que es la patologizacion y la medicalización de los chicos que no terminan de responder a la expectativa que tienen los adultos porque estos tienen modelos que esperan ver de “niño moderno” que hoy ya no existe. Este desencuentro profundo generacional en un contexto donde la red social está fragmentada, donde lo que importa pasa por el tener, por el dinero, tiene mucho que ver con el gran sufrimiento psíquico que vemos hoy en día en los chicos y chicas.
Ya que lo mencionó, a lo largo de su producción intelectual trata sobre la medicalización y patologizacion de la infancia y la adolescencia. Específicamente ¿A qué nos referimos con estos conceptos?
Está bien que me lo preguntes. Tiene que quedar bien claro que la palabra “medicalización” es un neologismo, una palabra nueva que se acuña y que remonta a Iván Illich y la usa mucho Michael Foucault que proviene de los estudios socioculturales del biopoder. Es una palabra que está subrayando y marcando el abuso que se hace de los recursos propios de la medicina para intentar resolver, por vías de estos recursos médicos, problemáticas complejas de otro orden que tienen que ver con variables socioculturales, pedagógicas, emocionales, etc. O sea, retomando lo que decíamos, tiene que ver con el impacto de las lógicas neoliberales, o sea el “libre mercado” impactando de lleno en el campo de la salud y desde acá se extiende al campo de la educación en el caso de las infancias porque es allí donde están los niños. Entonces esto de la medicalización tiene que ver con un abuso que se hace de manera impugne, llamativa de recursos de la medicina muy ligado al suministro de drogas psicoactivas impulsado por el mercado de los laboratorios multinacionales y es un fenómeno que se viene observando, estudiando, denunciado desde distintas partes del mundo, no es solo un problema argentino ni regional, que lamentablemente afecta a todo el mundo a través de distintos dispositivos que se están democratizando, o sea el abuso de psicofármacos también llega a sectores populares a través de leyes que se sancionan por estas “supuestas patologías” que además no tienen prueba de esto y que incluyen medicaciones muy serias dentro de lo que se llama el PMO o sea el Programa Médico Obligatorio o a través del atajo del certificado de discapacidad con lo cual lo que se logra es empastillar a toda la población infantil ya sin diferenciación de clases sociales. Esto es gravísimo porque, una de las problemáticas más serias que preocupa en la agenda de todos los países del mundo es la problemática de las adicciones y las “luchas contra las adicciones” pero por otro lado, desde muy temprana edad los estamos induciendo a los niños a vivir dependientes de pastillas que son drogas psicoactivas al punto tal que son los propios chicos… que de golpe el otro día un nene en la escuela (Yo trabajo en la escuela) le decía a un compañerito que se estaba portando mal y que la maestra lo estaba retando y él le dice “¿Por qué no le decís a tu mamá que te lleve a mi doctora para que te de la pastillita de portarte bien?”. Aldo está en tercer grado y mira lo que aprendió en tercer grado. Ese mismo Aldo cuando tenga 14 y se quiera tomar alguna 3 “merca” para pasarla bien en la salida con los amigos y con las chicas vamos a decir “¡Qué horror, qué horror, se ha vuelto un adicto!”. Tenemos que hacernos cargo que como sociedad nosotros estamos induciendo y reforzando a este tipo de prácticas porque son drogas, algunas que están legalizadas por intereses que están por detrás y otras no y tienen que ver con el mercado libre o paralelo porque también es un mercado. ¡Siempre el mercado por arriba de los derechos de los chicos!
- Las prácticas patologizadoras y medicalizadoras ¿Cómo impactan sobre la subjetividad de niños y adolescentes?
Lo de medicalización creo que quedó claro. Para poder medicalizar es necesario primero patologizar, es decir empezar a ver como enfermo o enferma a conductas, situaciones o posiciones que atraviesan los sujetos. Por ejemplo, un caso que es un ejemplo paradigmático, en el nuevo DSM-V , ese monstruo grande que ha creado la industria farmacéutica para empastillar a toda la población, cuando un duelo por un ser querido se extiende por más de 6 meses deja de ser duelo para pasar a ser depresión: eso es patologizar, porque si piensas que una persona después de los seis meses de haber perdido a un ser muy querido sigue triste, con todas las conductas de una persona que está haciendo un duelo, en vez de decir que está haciendo un duelo y está triste porque perdió a su pareja o a su madre decís es una depresión, hay se está patologizando, se está tildando de enfermedad algo que no es una enfermedad e inmediatamente esto viene de la mano del antidepresivo. Entonces la patologizacion y la medicalización están estrechamente ligadas y esto impacta sobre la población infantil, peor si es a temprana edad. Sabemos que la subjetividad no viene dada, sino que se construye a partir de las experiencias medioambientales y sobre todo se construye a partir de la mirada en espejo que el niño, la niña o el joven va recogiendo de sus otros significativos que lo rodean, y si desde muy temprana edad se lo etiqueta de TGD, o sea de trastorno generalizado del desarrollo, o de TOD (Trastorno oposicionista desafiante) o de ADD (Trastorno por deficiencia atencional), y si a esto le sumamos esta práctica tan de moda que es sacarles un certificado de discapacidad mental y los sometemos a tratamientos durante toda la semana que no hay un día que les quede libre… este tipo de prácticas patologizadoras y medicalizadoras terminan generando, como profecía autocumplida, lo mismo que queríamos evitar, terminamos produciendo trastornados mentales. A esto se le llama estigmatización porque el niño o el joven se va apropiando de eso que se espera de él y termina respondiendo, salvo con pocas excepciones que logran zafar; en general un niño que es tratado como un trastornado desde chiquito termina siendo un trastornado, porque no te olvides que así lo miran la madre, el padre, los abuelos, los tíos, los primos, los compañeros, la maestra, y encima va los lunes a un profesional de la psicología, el martes a un fonoaudiólogo, el miércoles a un psicopedagogo, los jueves a… entonces ¿Qué quieres que termine pensando? Y encima le terminan dando pastillas: que está enfermo y es un enfermo, y termina convencido de que es un enfermo. Esto es lo que se llama estigmatización, estamos produciendo enfermos mentales, produciéndolos a contramano de todo lo que se sabe desde el campo de la psicología, por ejemplo desde Freud, desde Piaget, Vygotsky que coinciden en señalar que la subjetividad, la inteligencia, las funciones cognitivas… no vienen dadas, sino que se construyen, por supuesto que entran en juego variables biológicas, pero interactuando con las variables socio-ambientales-vinculares de esas que hablaba tan bien Freud en 1917, estos temas también que retoman, desde la lectura constructivista, Piaget y Vygotsky… todo eso parece desconocerse, o sea nadie lo cuestiona, se estudia desde la psicología, se lee mucho y después se “cajonea” , porque a la hora de las practicas parece que todo el mundo se olvida de esto, los diagnósticos de deficientes mentales, desde los 18 meses de vida, circulan como si fueran agua corriente. Esto a su vez también va contramano, y es muy importante que lo sepan los que se están formando en esto, de las leyes nacionales que tenemos, por suerte, desde los últimos años como la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 que es muy clara al respecto que dice que ningún diagnostico en el campo de la salud mental autoriza a presumir deficiencia, menos aún en un niño, por ejemplo el caso del 7 famoso Trastorno de Espectro Autista ¡A partir de los 18 meses de vida! Ya se está etiquetando de trastornado a un niño a partir de la observación de conductas como “¿Habla el niño?” “¿Le gustan los objetos que giran?”. Esa lectura recortada que solo se centra en lo que está a la vista, en lo observable; a partir además de lo que observan determinados cuidadores del niño sin tener en cuenta de la situación de esos cuidadores y el vínculo que estos tienen con el niño, en qué condiciones vive el niño, un montón de cuestiones. El otro día me decía, por ejemplo, un nene que había sido diagnosticado de TEA a los 18 días porque no hablaba como se esperaba, pero fundamentalmente lo que llamaba la atención era lo que está marcado en el cuestionario M-Chat, que es un cuestionario que se hace, es que a él le llamaba la atención los objetos que giran. Cuando indago un poquito más sobre esto, (ya sabemos que el juguete universal es la pelota, entonces que a un niño le gusten los objetos que giren como la pelota o un globo eso no puede ser considerado un indicador de patología) su padre me comentaba que a este chico le llama mucho la atención los ventiladores, que se quedaba mirando los ventiladores del shopping. Ahora te cuento en qué contexto. Este niño vive en Trelew, es una zona muy ventosa y además de clima frio porque es patagónico. No hay ventiladores en Trelew ¿Sabes dónde hay ventiladores? En el shopping, es el único lugar donde hay porque es un espacio cerrado, grande. Entonces los niños de Trelew cuando ven un ventilador se quedan mirándolo porque nunca vieron un ventilador, no es como un niño de Salta o de Buenos Aires que ven ventiladores por todos lados. Entonces lo que a él le llama la atención es el indicador a partir del cual se le dice a los padres que probablemente es un TEA, un autista con lo cual el impacto que este diagnóstico (la verdad es una vergüenza que esto sea un diagnostico) el pediatra les hace esta devolución a los padres cuando van a consulta médica por las vacunas… yo te puedo explicar los efectos que produjo: la madre que sabía de autismo entra en un estado de angustia y pasa una semana tirada en la cama hasta que logra reponerse y pide ayuda, y el padre que no entendía mucho se mete por internet y ¿con que da?, da con la página de familiares con niños autistas en donde un padre en la primera entrada dice “Yo aprendí a ser padre el día que me dieron el diagnostico de que mi hijo era autista” ¡Dios mío! ¡Es terrible! Empiezan a definirse como padres a partir una patología y no a partir de un niño singular, con su particular historia, que tiene nombre y apellido y que sin embargo todo esto queda en segundo lugar porque pasa a ser un TEA, un TGD, pasa a ser un ADD. Se vulnera hasta el derecho a la identidad.
- Desde la clínica y el campo educativo ¿Cuál sería la propuesta para afrontar este tipo de práctica?
Nacional de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes , porque si uno respeta esa ley, que es obligación de todos, no solamente de los profesionales de la salud y educación, empezaríamos por tratar de garantizar a los niños dispositivos de escucha, o sea dispositivos adecuados a la edad de un niño, porque obviamente un niñito de 3 años no se va a sentar a hablar como estoy hablando yo obviamente porque tiene 3 años, porque ellos hablan a través del juego, entonces habrá que generar, a partir de profesionales especializados en la infancia, dispositivos que permitan entender qué nos está diciendo un niño de 3 años, de 6, uno de 10, y a partir de esos dispositivos de escucha uno poder ponerle palabras a eso que le está haciendo sentir mal y que a veces expresa a través de esa dificultad para prestar atención en clases, por ejemplo. El otro día un niño me decía “yo quiero tener más recreo”. Efectivamente este niño que viene de una familia de profesionales, que esta sobre estimulado intelectualmente, tiene acceso a programas de internet y hasta de televisión, sabe de historia, sabe de geografía… está un poquito sobre estimulado, un poquito a nivel informativo y va a la escuela y dice que se aburre, y lo que más quiere es que haya más recreo ¿Sabes para qué? Para jugar con chicos de su edad, cuerpo a cuerpo, en el patio que es lo que no tiene en la casa porque es hijo único de dos profesionales que lo tienen sobre estimulando intelectualmente todo el día entonces la pregunta es ¿Tan equivocado está este niño? Esto no quiere decir que uno vaya a salir corriendo a hacerle caso al niño y que voy a llegar a la escuela y voy a cambiar todo el régimen del sistema horario y voy a poner el 80% del horario de recreo. No. Pero si voy a empezar a entender qué le pasa a este niño y por qué se resiste a prestar atención en clases, y entonces quizás podamos generar un espacio donde el niño pueda tener, por fuera de la escuela incluso, lugares donde jugar con otros niños que es fundante en la infancia, que es un derecho inalienable pero que sin embargo, ya que no los escuchamos, nos quedamos con lo que se ve en el aula y rápidamente a este chico lo diagnostican de ADD. La verdad que los que tienen déficit de atención no son los chicos sino los adultos que no están escuchando ni están tratando de entender qué les está pasando, porque a veces, como en este caso, no es un problema grave que no se pueda resolver: inmediatamente se trabajó con los padres y pudieron pensar estrategias para que el nene pudiera tener más espacio para que el nene estuviera más tiempo con chicos de su edad que era lo que no tenía en su familia, para poder jugar, que era lo que más quería, jugar con los chicos. Por eso él decía que le aburre estar en clases y que lo que más quería era que haya más recreo. Entonces ¿Qué habría que hacer? Es disponernos como adultos ya sea desde el campo de la salud como desde el campo de la educación a escuchar más a los chicos y tratar de adecuar todo los recursos que tenemos en el campo de lo pedagógico como del campo de la clínica y la salud mental a las necesidades de los chicos y no a la de los mercados, no a la de las corporaciones profesionales que lo único que buscan es, no todos, pero donde la intensión esta puesta más en ganar más dinero, porque los derechos de los niños están primeros y hay que pensarlos por encima de cualquier otro derecho.
Para finalizar ¿Qué opina sobre la realización de esta Primera Jornada sobre la Niñez?
Que es una maravilla, me saco el sombrero ante el Colegio de Psicólogos de Salta, a FePRA, la Federación de Psicólogos de la República Argentina y me parece que estas Jornadas deberían practicarse en todas las provincias del país.
Muchas gracias por su predisposición para ser entrevistada
Se concluye la entrevista con profunda satisfacción por parte del entrevistador quien, si bien había pensado en muchas más interrogantes a abordar y que no pudieron ser tratadas por motivos de tiempos limitados, de igual manera el material obtenido tiene gran valor académico-reflexivo.